miércoles, 29 de marzo de 2017

Popovy Dolls, arte en familia



Si hace unos días hablábamos del glamuroso estilo de hacer BJD de una joven artista rusa, hoy le llega el turno a una pareja que no le va a la zaga: las gemelas Popovy.

 
Volvemos a fijar la vista en Rusia, en la ciudad de Perm, lugar de origen de nuestras prodigiosas protagonistas Elena y Ekaterina o, como ellas prefieren que las llamen, Lena y Katya.

Popovy Dolls, nombre de su marca, ha hecho suyo un nicho muy específico en el mundo de los ball jointed dolls. Estas hermanas han sabido aprovechar su talento artístico con origen en la industria de la moda para dejar que éste crezca y brille en la creación de sus increíbles muñecas. Su modo de trabajar asume un nivel de compenetración que consigue piezas únicas, a las que basta echar un vistazo para comprobar la calidad y el detalle extremo de cada figura.

 
En principio Lena y Katya se iniciaron en el mundillo de los BJD (tras una breve incursión en las muñecas estáticas) con la intención de trabajar con ahínco en la plasticidad y potencial para la expresión del cuerpo humano de cara a plasmar conceptos abstractos y emociones. Crear sus propias muñecas les permitía romper cualquier límite y hacer realidad todas sus fantasías sobre tejidos y cuerpos imposibles.

Los diseños de Popovy no están sujetos a un ideal concreto. Estas artistas toman la inspiración de seres humanos imperfectos con físicos que poseen cualidades que los convierten en únicos; en muchas ocasiones también vemos que toman como modelos rostros infantiles, que a ellas les resultan mucho más expresivos. Pero lo que de verdad les interesa es ahondar en esos rasgos llenos de personalidad: orejas de soplillo, ojos pequeños, tabiques nasales demasiado estrechos, etc. Estos aspectos enfatizados dan realismo y carácter a sus obras si bien en conjunto nos muestran unos personajes cargados de misterio y sensualidad que parecen, a menudo, espectros.



El proceso de creación con cada prototipo les lleva des un mes a todo un año. Parten de una idea que desean lanzar al mundo y después le dan forma una y otra vez hasta ver plasmado ese concepto en la figura que han creado. El diseño de la ropa y de la peluca emerge a la par y complementa al BJD, siendo todas las piezas obras de estas artistas.

La rutina de las gemelas Popovy resulta muy disciplinada. Es casi marcial. Desde que se levantan tienen planificadas todas y cada una de las tareas que van a desempeñar en la jornada y qué tiempo exactamente van a emplear en cada una de ellas: desayunar, hacer yoga (les ayuda a mantenerse centradas), meterse en el estudio con algún audiolibro o, raramente, música de fondo, tomar un café…Verdaderamente aúnan todas sus actividades para sacar algo de ellas que poder usar en su proceso creativo o, como mínimo, que resulte beneficioso para su trabajo en equipo.

 

Debemos dejar muy claro que estas BJD no son para todo el mundo. No sólo por su alto coste (son objetos de lujo realizados con materiales poco comunes) sino por su exclusividad y su diseño.

Ellas mismas admiten que su público obedece al perfil de artistas, coleccionistas adultos con alto poder adquisitivo e incluso otros diseñadores de moda famosos que han encontrado una fuente de inspiración en alguno de sus BJD. Algunos de estos últimos incluso se han ofrecido para realizar una colaboración o han solicitado un diseño de ropa o complemento, como calzado, adaptado a escala real.

El público medio quizás tampoco se deje enamorar de primeras por las obras de Popovy Dolls, ya que sus cuerpos lucen una apariencia nada saludable (se les suelen marcar las costillas) y las expresiones que están maquilladas en sus rostros pueden resultar inquietantes, soberbias o altivas. Pero eso forma parte de su encanto, a mi entender, porque les confiere temperamento y forma parte de la marca de la casa.

 


Os animo a visitar la página web oficial de Popovy Dolls. Aunque está en ruso prácticamente al completo, pueden apreciarse allí imágenes de sus obras, conocer un poco más a estas artistas y curiosear la cantidad de revistas especializadas y medios que han dedicado un espacio a hablar del talento de estas jóvenes diseñadoras.

¡No os dejarán indiferentes!
 
Nota: las imágenes que aparecen durante este post han sido tomadas de la página web oficial de Popovy Dolls y del resultado de la búsqueda de la casa en Google imágenes. Son obra de las artistas y a ellas les pertenecen todos los derechos sobre las mimas.

martes, 14 de marzo de 2017

Ingenue Dolls: con todo lujo de detalles




“…I want to say one thing: Stop for a second and look around, there are so many beautiful and good things the world has to offer. Try to catch every moment of it and be happy!”*
Quiero decir una cosa: parad durante un segundo y mirad a vuestro alrededor, el mundo ofrece un montón de cosas hermosas y buenas. ¡Procurad atesorar cada momento y ser felices!” (*Extracto de una cita personal del website oficial de la artista).
La artista de la que hoy vamos a hablar en el blog es una mujer de hoy, fuerte e independiente, a la que admiro profundamente por su buen gusto y estilo de vida. Estoy convencida de que devoraría las páginas de su biografía si ésta existiera y de que no tardará en ser publicado un recopilatorio de fotografías profesionales de las muñecas que crea con sus manos.
Natalya Lituta es una diseñadora y artista de estilo figurativo de origen ruso que emigró a Estados Unidos para abrirse paso en el competitivo mundo de la industria de la Moda.
Con su master en Arte y Diseño (Universidad de Karaganda) debajo del brazo aterrizó en Nueva York para fundar su propia compañía de prendas de lujo y su pasión la llevó a alcanzar el mismísimo corazón de la moda neoyorkina, pasando a diseñar prendas para presentaciones de galas como la Entrega de los Óscar, por ejemplo, o para espectáculos desbordantes de glamour en Broadway. De hecho, a día de hoy, Natalya continúa diseñando para esta clase de eventos y para las celebridades que los protagonizan. Además al mismo tiempo, y aquí llega lo que más nos interesa, sigue adelante con sus creaciones de muñecas, a las que llamó: Ingenue Dolls (en francés “muñecas ingenuas”).
 

Desde sus más tiernos años nuestra homenajeada soñaba con elaborar sus propias muñecas artísticas y con el tiempo, ya con su familia formada y habiéndose trasladado a Estados unidos, comenzó a darle forma a aquella fantasía. Así que comenzó a emplear el escaso tiempo libre que le quedaba entre sus proyectos profesionales de arte.
Su primera muñeca en ver la luz fue de tipo no articulado, en 2007, y en seguida se propuso como objetivo realizar nuevas muñecas capaces de posar y probando nuevos materiales.
La artista rusa dio inicio así a sus propios BJD de porcelana, creándolos desde cero y por entero por sí misma. Cada detalle, pintado de rasgos, diseño de tela, adornos, joyas y moldes son íntegramente suyos y capturan perfectamente la visión que Natalya tenía de su idea de muñeca, partiendo de los conceptos belleza, pureza y bondad.
El largo camino la condujo a lanzar en 2013 a Joy, su primer BJD inspirado en el cuento “La princesa y la rana” (sí, ese en el que una princesa besa a una rana y ésta se transforma en un apuesto príncipe). Fue un éxito rotundo.
Desde entonces la artista no ha dejado de evolucionar en sus diseños artísticos y esto también ha quedado reflejado en sus BJD, a los que se considera objetos de lujo.
Sus muñecas se dividen en dos grupos principales: los creados entre 2012 y 2014, y los que diseña del año 2015 en adelante. Las mejoras son obvias principalmente aspectos técnicos y sirven para que la figura obtenga mejor “posabilidad” y los materiales se adapten mejor entre sí.
Para no entrar en un frío apartado técnico las Ingenue Dolls se han categorizado en seis colecciones: Bugs collection, Bridal collection, Colors collection, Sisters collection, City Girl collection y Moder Fairy Tales collection.
Todas estas BJD no obstante, comparten unas mismas dotes que las convierten en piezas únicas llenas de pasión por el lujo. La inmensa mayoría de ellas luce piezas elaboradas en oro o plata, pedrería, sedas y encajes; son diseños llenos de luz y delicadeza.


Los personajes que crea Natalya poseen cuerpos extremadamente delgados, con miembros esbeltos que les confieren ese aspecto etéreo, a menudo rozando lo fantasmagórico.
Son figuras basadas en un ideal de belleza imposible que ha sido capturado del mundo de los sueños al fin y al cabo. No pretenden ser fieles a la anatomía realista de la figura femenina y, sin embargo, a la vez, resultan convincentes en su forma inalcanzable. Se trata de una contradicción que nos atrapa con su misterio.
Me imagino a una jovencísima Natalya discurriendo por Nueva York, subiendo a un taxi con su portafolios inundado de bocetos para vestidos de gala y deseando llegar a casa para avanzar un poquito más con “sus chicas”. Por la ventanilla del coche la sucesión de eternas luces de neón, incansables y sin embargo, en sus ojos, una luz incluso más brillante. La luz de los sueños. Sueños, que por fortuna para nosotros los aficionados, se vuelven realidad.
 


Nota: las imágenes que acompañan esta reseña han sido tomada de la página web oficial de Ingenue Dolls, que puedes visitar haciendo clic AQUÍ