Espíritu sereno, confort y respeto a la naturaleza pueden ser plasmados
en la ropa y aportar un look casual y
bonito. Hoy en el blog damos un repaso a la moda Mori
En el mundillo es habitual
encontrarnos con muñecas que se asemejan a una especie de hada del bosque y que transmiten harmonía como tal. Lo que realza
esta idea es, sin duda, el modo en que esa figura va vestida y para esto el
estilo mori es perfecto.
“Mori”, que en japonés significa “bosque” da nombre a una corriente de moda urbana que surgió en
Japón hace tiempo y que tuvo un especial periodo de apogeo entre los jóvenes nipones
hace un puñado de años (se trata de una moda relativamente actual). Pese a las
variantes de este estilo que aparecieron después, el genuino mori kei continúa siendo popular por su
aire casual y sus prendas cómodas y
asequibles.
Las gamas de color tienden a ser
neutrales o muy claras: blanco, beige, tostado, gris claro, crema, toffee… Esto
significa que resultan más fáciles de combinar entre sí y que el conjunto
resultante dotará de luz a quien lo vista.
Como complementos resultan clave
los adornos hechos a mano de aspecto
vintage, como un camafeo por ejemplo
o una diadema de flores claras con cuernitos de ciervo (esto último es
recurrente entre las muñecas si os fijáis y pueden comprarse a artesanos que
las harán para nosotros vía internet). Aunque tampoco debemos temer abusar un
poco de mitones de lana, bufandas, chals, gorros, calentadores y toda aquella
pieza confeccionada con materiales
naturales. Si están tejidos a mano tanto mejor.
El otro aspecto fundamental de
esta moda es la composición del conjunto de ropa mediante capas de prendas que
siempre deben combinar y aportar unidad al outfit.
El estilo mori kei no acepta las
estridencias ni los colores chillones. Además, no olvidemos que la base de esta
moda es ofrecer aspecto de habitante del bosque, donde el clima puede ser más
inestable y húmedo, así que lo ideal es escoger calzado cómodo (nada de
taconazos) y un bolso práctico donde poder llevar lo que necesitemos.
Una buena opción se puede
componer con unos calentadores de lana que cubran hasta la pantorrilla, unos
botines de cuero liso sin tacón, una falda larga de color tostado con unos
buenos bolsillos en los laterales, un blusón de lino de manga larga, una maxi
bufanda de color canela sujeta con un broche de madera con unos mitones a juego
y unas orejeras de piel de borreguito. ¿Fío? Rematar con una chaqueta larga de
hilo. ¡Listo! Ya tendríamos nuestro look
y podríamos llevar a nuestra nena a una sesión de fotos entre árboles o en el
parque de nuestra ciudad. Os aseguro que el resultado es mágico.
Espero que este post os haya
inspirado a probar este estilo de ropa en vuestras nenas o, porque no, en
vosotros mismos ahora que empieza a asomar la patita por debajo de la puerta el
otoño. Si fuera así me encantará si compartís vuestra experiencia con la moda mori por el blog con vuestros
comentarios ;)
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